Cabeza de tortuga, escrito por el cuentista
yucateco Carlos Martín Briceño, es uno de los cuentos incluidos en su libro Caída libre publicado en el año 2010;
obra merecedora de la Mención de Honor en el Premio Nacional de Cuento San Luis
Potosí (2008).
El personaje principal, y en el que
se centra la mayoría de la narración es un hombre que, llevado como menciona en
el texto, por el riesgo y “lo imprevisto”[1]
experimenta una situación por demás incomoda al convivir con una pareja de
ancianos. El morbo y el atrevimiento lo arrastran a observar y vivir
escatológicas escenas conforme se desarrolla la historia; como el experimentar
una erección por motivos únicos en la imaginación y la mente del protagonista,
a mi parecer. El autor narra cada escena con tales detalles que provoca
adentrarse en la historia y en sus letras hasta hacer padecer en el lector el
asco y repulsión al leerlas pero no por ello dejar de hacerlo.
En el cuento, los personajes
secundarios que son los ancianos son los principales responsables de cada uno de los sentimientos experimentados
por el protagonista; ellos de manera natural, actúan sin ningún tapujo
sobrellevados por ese estado de senilidad conveniente.
“Procuro decir lo que la gente no ve
o lo que la gente no quiere ver”,
menciona Carlos Martín Briceño en la entrevista dada a Ricardo E. Tatto en 2010,[2]
refiriéndose a los temas mencionados en los cuentos que narra en su libro.
Ciertamente Cabeza de tortuga aborda temas sociales y hasta tabú tales como la
sexualidad en las personas de la tercera edad y ese, tal vez, sea el gusto
culposo que experimenta el protagonista en la historia.
A partir de mi experiencia en la
investigación y lectura de algunos de sus relatos,[3]
Briceño permite al lector mezclarse en la incomodidad propia de la lectura. El resultado
da mucho que pensar acerca de la estabilidad emocional y psicológica de los
personajes puesto que actúan de una manera que relativamente no es común.
Pero es por esa misma causa que sus
textos atrapan y capturan la atención desde el inicio y se mantiene de igual
manera dejando un buen sabor de boca en cada persona que haya sido tentada por
sus letras.
[1] Tercer párrafo del texto. “Suelo dejarme llevar por lo
imprevisto.”
[2] El arte es largo, la vida breve", con Ricardo
Tatto. Entrevista a Carlos Martín Briceño sobre su libro "Caída
Libre". (26/oct/2010)
[3]Carlos
Martín Briceño's Blog http://www.goodreads.com/author/show/6522220.Carlos_Mart_n_Brice_o/blog