La lucha femenina por ejercer sus
derechos de votación y decisión comenzó en México sus primeras manifestaciones
importantes se dan durante los años 1884 y 1887, cuando por primera vez una
publicación, la revista femenina Violetas del Anáhuac, fundada y dirigida por
Laureana Wright González y escrita solamente por mujeres, demandó el sufragio
femenino.
Pero no fue hasta el 9 de
diciembre de 1952 que se leyó en la Cámara de Diputados la iniciativa
presidencial de Ruíz Cortines para que se otorgara el voto a la mujer. Ester
Chapa, militante comunista y fundadora del Frente Único Pro Derechos de la
Mujer, no estuvo de acuerdo y pidió que se concluyera el trámite de 1937, el
cual incluía:
- Incorporar a la mujer mexicana la vida cívica y
política de la nación.
- Otorgar
a la mujer mexicana iguales derechos que al hombre para que desarrolle sus facultades
en la medida de sus fuerzas.
- Igualdad
de derechos para la mujer ante las leyes civiles, sociales, económicas y políticas.
Su petición no fue aceptada y el
17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial, la modificación al texto
constitucional según la cual se reconocía a la mujer en México el derecho a
votar y ser votada en las elecciones a nivel nacional.
En las elecciones federales para
renovar la Cámara de Diputados en el periodo 1955-58, se eligió a las primeras
7 diputadas a la XLll legislatura.
En los años sesenta y setenta las
mujeres incrementan su participación en la vida política, en las carreras
universitarias, en el mercado laboral; participan en el movimiento estudiantil
y acceden masivamente al uso de la píldora anticonceptiva.
Por esos años, la mayoría de edad
se establece a los 18 años para ambos sexos; el movimiento feminista defiende
el derecho a la interrupción del embarazo, a la no violencia contra las mujeres
y la protección a las mujeres violadas; mientras se generan programas de
planificación familiar.
En 1976 se reforma el segundo
párrafo del Artículo 4º de la Constitución Mexicana, que eleva a rango
constitucional la igualdad entre el hombres y la mujer, así como la libertad
para decidir sobre el número y espaciamiento de las hijas y los hijos. En el
terreno de la participación política, se cierra la década de los setenta con un
importante logro: Griselda Álvarez gana y obtiene la primera gubernatura
(Colima, 1979) para una mujer en la historia moderna de México.
Durante la década de los años
ochenta y noventa las mujeres hacen suyos los derechos ganados e incrementan su
participación en las universidades, en el mercado laboral, en la política y en
todos los ámbitos de la vida nacional.
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